2022 pasará a la historia como el año de la burbuja de los cripto bros.
Lo que empezó a principio de año con una gran euforia por invertir en este tipo de activos acabó en una situación en la que 9 de cada 10 inversores haya perdido su dinero. A modo de ejemplo cabe destacar el de la criptomoneda más conocida del mundo, Bitcoin, que ha pasado de cotizar en los 69.000 dólares el año pasado a perder hasta el 79% de su valor.
“Las criptomonedas se han enfrentado este año a una dosis de realidad parecida a la vivida hace 5 años en forma de caídas. Y Bitcoin ha acabado por contagiar su comportamiento a las altcoins, mucho más volátiles e inestables”, explica Darío García, analista de XTB.
Este zarpazo de realidad en forma de desplomes en los mercados ha propiciado problemas de liquidez y el derrumbe, como castillos de naipes, de diferentes plataformas de negociación, como BlockFi, Genesis o SALT.
“La razón es que estas plataformas reinvertían los depósitos de sus clientes en sus propias criptomonedas o ‘tokens’, así como en otras criptomonedas. Y con un mercado colapsado, estos depósitos perdieron todo su valor. Este es el ejemplo de la caída y desaparición de la criptomoneda Terra-Luna y su stablecoin UST, que puso la señal de alarma en los mercados y en los inversores sobre si este tipo de monedas sirven realmente para dar liquidez a las operaciones entre las diferentes criptos”, asegura Darío García.
El último fiasco y fuga fue protagonizado por FTX, una historia de quiebra, retiradas masivas y robo de capitales valorados en 600 millones de dólares “que cada vez resulta más habitual en el sector”, según el analista de XTB. Y es que si hay algo que ha marcado a las finanzas descentralizadas (DeFi) ha sido la velocidad de creación de criptomonedas, solo superada por la velocidad de destrucción de las mismas.
El año que ahora acaba también será recordado como el de la transformación de Ethereum, que dejó de ser una criptomoneda minable para ser una criptomoneda de participación y almacenaje, lo que en teoría le serviría a la larga para ser más valiosa con el tiempo.
“Con los mercados mirando de reojo la evolución de un sector en plena montaña rusa, Binance se ha convertido en un referente del sector, mientras que en su último informe publicado ofrece una señal preocupante: la entrada de gran cantidad de criptomonedas en su plataforma, principalmente de aquellas procedentes de monederos fríos, indicativo de que los inversores esperan vender sus carteras ante la expectativa de que este mercado se mantendrá bajo presión por un tiempo”, afirma el analista de XTB.
Pero, ¿y qué sucederá durante 2023?
“Durante 2023 seguimos esperando volatilidad. Las caídas superiores al 80% marcan un sentimiento negativo tanto para inversores minoristas como institucionales. La quiebra de muchas compañías tampoco ayuda a que veamos un suelo cercano en el medio plazo”, adelanta Darío García.
Y continúa: “Pero no todo es malo. La esperada incorporación de la regulación MiCA para supervisar y regular a las compañías vinculadas a las criptomonedas dará mayor seguridad a los inversores para invertir en este activo”.