La incertidumbre es uno de los mayores enemigos de los inversores, ya que les puede forzar a tomar malas decisiones en un contexto en el que es muy fácil dejarse llevar por las emociones. La dificultad para tratar de predecir el futuro genera una gran discrepancia de opiniones, lo que lleva a los precios a sufrir fuertes variaciones. No todo el mundo soporta bien la volatilidad y, por esta razón, hay activos que los inversores usan en situaciones convulsas y que tienden a comportarse mejor que el resto del mercado.
Uno de los indicadores más utilizados para medir la volatilidad es el VIX, que utiliza los precios de las opciones del S&P 500 de los últimos 30 días para calcularla. La subida de este índice conlleva un aumento de la volatilidad y muy probablemente también esté acompañado por caídas en bolsa. Las mejores oportunidades se presentan en los momentos de grandes caídas, donde, en ocasiones, la irracionalidad se apodera de los inversores.
El problema es que no siempre se aprovechan estas circunstancias, ya sea por el miedo a que el mercado siga cayendo o porque los inversores acumulan pérdidas significativas y no tienen más dinero para invertir. Por esta razón es tan importante diversificar y saber cómo protegerse de las caídas en periodos de incertidumbre.
Diversificar no solo es comprar activos de distintos sectores o países, se trata de tener un conjunto de activos que en ocasiones tienen un comportamiento totalmente opuesto, de tal forma que podamos tener la oportunidad de obtener liquidez ante cualquier escenario. La otra alternativa es invertir en activos refugio, que son capaces de mantenerse estables e incluso incrementar su valor.
Cuando hablamos de este tipo de activos defensivos que nos protegen de la incertidumbre hacemos referencia al oro, los bonos de los países más seguros como los de EEUU o Alemania o las divisas más fuertes como el dólar norteamericano, el franco suizo y el yen japonés. El problema para muchos inversores es que aun sabiendo que es una buena estrategia, creen que no pueden llevarla a cabo porque no tienen acceso a estos activos.
Esto ha cambiado con la popularización de los ETFs (Exchange Trade Fund por sus siglas en inglés), que nos permiten invertir en cualquier tipo de activo de la manera más conservadora y sencilla. Los ETFs son fondos cotizados que replican el comportamiento de un activo en concreto o un grupo de ellos y cotizan en bolsa, como una acción. Esta flexibilidad ofrece la posibilidad de utilizar estos instrumentos para canalizar toda la inversión o solo recurrir a ellos en momentos puntuales.
Hasta hace poco invertir en oro solo se podía hacer a través de contratos de futuros o de lingotes, pero ahora es posible a través de un ETF como el iShares Physical Gold, que se puede encontrar en la plataforma xStation con el ticker EGLN.UK. Este fondo invierte en oro físico, por lo que replica exactamente el mismo comportamiento.
La inversión en bonos gubernamentales de larga duración de las principales potencias mundiales es otra alternativa. Muchos inversores no se imaginan lo fácil que es acceder a estos instrumentos, ya que creen que necesitan mantener el bono hasta su vencimiento o que la inversión mínima es muy alta. Pero de nuevo hay ETFs como el iShares Treasury Bonds 7-10 years que cotiza con el ticker CBU0.UK y que compra progresivamente bonos norteamericanos para replicar su rentabilidad.
Las divisas son otro de los recursos más utilizados por los inversores, cuando el dólar tiene expectativas de apreciarse. Hay ETFs como el iShares USD Treasury Bond 1-3 years con el ticker IBTA.UK, que invierten en bonos de corta duración en dólares. Este instrumento nos permite tener nuestro dinero en otra divisa, además de poder aprovechar el rendimiento que ofrecen los bonos en ese momento.
Es muy importante conocer todas las alternativas que nos ofrece el mercado para ser capaces de tomar las mejores decisiones de inversión. Por este motivo es tan necesaria la formación para tener una mayor cultura financiera. En Estados Unidos, más de la mitad de la inversión de los particulares se hace a través de ETFs por su flexibilidad, sencillez y, lo más importante, porque se adaptan a todos los perfiles, desde los más conservadores hasta los más agresivos.