El mundo se encuentra ante una tormenta política y bélica en estos momentos.
Con la crisis entre Rusia y Ucrania y el subsiguiente aumento de los precios de la gasolina, un mercado inmobiliario ridículamente competitivo, la tasa de inflación más alta desde principios de la década de los 80 e, incluso, la llegada de una posible recesión, los ahorradores están confundidos sobre qué decisiones financieras pueden tomar en la actualidad para perder el menor poder adquisitivo posible.
Ante este contexto, cabe preguntarse si hay algunos consejos cruciales sobre cómo se puede navegar con éxito en un entorno tan desafiante. Y la realidad es que resulta difícil. Con todas las clases de activos en negativo, es el momento de mantener la calma, tal y como señalan la media de los analistas, y pensar en las ideas a largo plazo. Sobre todo, en un escenario en el que la guerra perdurase más aún en el tiempo y terminase enquistándose.
La duda entonces es cuál es la mejor fórmula de proteger el patrimonio. A este respecto hay diferentes estudios que siempre han apuntado a centralizar parte de las posiciones en la renta variable, pues a la larga, y después de una guerra, termina saliendo victoriosa. Si tomamos una visión histórica mirando bajo la lupa geopolítica, la mayoría de las carteras fuertemente ponderadas en acciones tienden a ser bastante resistentes.
Por ejemplo, a lo largo de la Segunda Guerra Mundial y las guerras de Corea, Vietnam y el Golfo, el rendimiento medio de las acciones de gran capitalización fue del 11,4% en Wall Street. Un dato a tener en cuenta en el caso que comentamos, que el conflicto termine alargándose en el tiempo.
En este sentido, hay que ver también que el impacto económico de la guerra afectará más a Europa que a Estados Unidos y, por eso, la configuración de las estrategias de inversión han de tener presente esta diferenciación. Un mayor sesgo a la economía estadounidense, podría resultar más inteligente pensar en el medio plazo; mientras que si pensamos el muy largo plazo volcar esfuerzos en el viejo continente podría ser una buena idea.
Diversificación mediante ETF y oro
Crisis como estas constituyen un argumento convincente a favor de la diversificación. Por ejemplo, el Nasdaq 100, que se considera el índice tecnológico de referencia, ha bajado hasta el territorio del mercado bajista, mientras que un fondo ETF del S&P de igual ponderación ha sufrido una menor penalización.
Así, como una estrategia a largo plazo, asignar capital a activos más “tradicionales” como el oro y los ETF, en lugar de centralizar todas las estrategias en inversiones de mayor riesgo, como es el caso de las acciones tecnológicas, puede ser óptima si la guerra se sigue alargando.
Al diversificar en regiones, sectores y clases de activos, los inversores pueden reducir la exposición a riesgos idiosincrásicos relacionados con la crisis en Ucrania u otros riesgos políticos emergentes en todo el mundo. Las caídas impulsadas por eventos de estrés geopolítico suelen ser de corta duración para carteras bien diversificadas.
Cobertura con materias primas y dólares
En medio del riesgo de las interrupciones en las cadenas de suministro, las materias primas en general pueden ser una cobertura geopolítica eficaz para las carteras, además de ofrecer una fuente atractiva de rentabilidad en un entorno de crecimiento acelerado, inflación persistente y tipos de interés más altos. Una escalada prolongada de nuevo en el conflicto bélico, incluso, podría empujar los precios del oro por encima de los 2.000 dólares la onza.
Por otro lado, la media de los expertos asegura que un estancamiento en el frente militar haría que el dólar estadounidense se mantuviera como la divisa mundial de referencia y se erigiría como el “activo refugio” tradicional. Siempre tiende a recuperarse durante los períodos de mayor incertidumbre geopolítica.
Si bien es imposible juzgar la magnitud precisa de los efectos geopolíticos en los mercados, tales eventos, generalmente, no han impedido que las acciones suban en un horizonte a medio plazo. Los mayores riesgos de crisis como esta provienen de las reacciones exageradas y la falta de diversificación. Por eso, es importante que los inversores mantengan una postura tranquila y una perspectiva amplia.
Otra posibilidad a la que apuntan los expertos es la compra de acciones ganadoras del crecimiento mundial, como valores financieros y del sector energético y títulos de la zona euro, que han batido a las acciones estadounidenses. Igualmente, una posibilidad es la compra de compañías defensivas, como firmas ligadas a la atención médica o al sector defensa.