El euro perfora al dólar por primera vez en 20 años.
El pasado 13 de julio de 2022, entre todas las sorpresas que el mundo de las divisas nos está dando, el euro perforó al dólar por primera vez en 20 años, frente al 1,20 al que cotizaba hace un año. Para algunos, este equilibrio en el cruce entre las dos divisas se explica con las expectativas de aumentos en los tipos de interés por la inflación de Estados Unidos, que aquel miércoles 13 de julio se anunció en 9,1% (anual), situándose como la más alta en 40 años.
Ante una inflación galopante y unos tipos de interés más elevados en Estados Unidos que en la zona euro, los inversores se precipitan hacia el refugio seguro del dólar, también más rentable. A esto se suma la guerra de Ucrania, que será prolongada y tendrá un impacto duradero en el viejo continente. La balanza comercial europea, con un fuerte déficit en los primeros meses de 2022, sufre las consecuencias. Y para colmo vuelven las tensiones en los mercados de deuda soberana de la zona euro, lo que debilita aún más la divisa.
En este contexto, y desde el punto de vista de la inversión, ¿qué hay que tener en cuenta? Cuando el euro está débil, generalmente es más caro invertir en los mercados extranjeros. Sin embargo, no siempre es así cuando se mira regiones o activos concretos. La moneda común ha caído aproximadamente más de un 20% frente al dólar desde principios de este año, pero eso no quiere decir que no haya títulos en determinados sectores que se hayan revalorizado.
Una divisa europea débil se traduce en el abaratamiento de las exportaciones. El turismo, a priori, se beneficia de esta situación. La debilidad hace nuestros productos más competitivos. Además, si los turistas tienen una moneda más fuerte que el euro, tienen más capacidad para gastar en España cuando vienen de vacaciones. No obstante, el mayor cliente comercial de España es Europa, de modo que, en nuestro caso, la ventaja no lo es tanto. Sí lo sería para la balanza comercial europea.
Las diferentes alternativas
En este punto, hay que preguntarse si un euro débil es una buena o mala noticia para la economía. Hace unos años, las principales economías del planeta se embarcaron en una pugna por debilitar sus respectivas monedas con el fin de obtener ventajas competitivas en los pujantes mercados globales. Pero hoy en día la ventaja competitiva ligada a una moneda débil es menos importante que en el pasado, dado que entran en juego otros factores propios de una economía deprimida: demanda floja, elevada inflación, costes al alza, globalización de las cadenas de suministro…
Uno de los principales consejos de los gestores de fondos ante la debilidad de la divisa es invertir globalmente. Es decir, diversificar el patrimonio. Probablemente, sea una buena idea asegurarse tener diversificación ante la exposición al dólar. Incluso, hoy en día, algunos países más pequeños de Asia y América Latina tienen monedas que están más o menos vinculadas al billete verde. Invertir en Hong Kong, por ejemplo, aumenta la exposición efectiva al dólar.
Otra forma de ver la debilidad del euro es en términos de oportunidades a más largo plazo que pueden haberse creado en las bolsas europeas. Los ingresos de las empresas que venden predominantemente a clientes de la Unión Europea no se han beneficiado de un tipo de cambio favorable, pero los costes siguen aumentando.
Eso sí, en la actualidad, para muchas empresas de Europa estas condiciones son atípicas. Se estima que más de las tres cuartas partes de los beneficios del Eurostoxx provienen del extranjero. Para estas compañías, el aumento de los ingresos en euros habrá compensado, en mayor o menor medida, los mayores costes.
No es de extrañar entonces que las acciones de las petroleras europeas hayan tenido un buen año hasta ahora. Se han visto impulsados por el precio del petróleo en dólares, mientras que sus costes se han mantenido distribuidos entre un amplio conjunto de monedas. El resultado de esto es que, en una estrategia de mantener o no, existe exposición a las divisas extranjeras.
Por otro lado, la cobertura es teóricamente posible, pero los fondos rara vez la utilizan debido a los costes continuos adicionales en los que se incurre. A menudo esto se considera apropiado para los fondos de bonos, cuyos inversores probablemente dependen de ellos para obtener un ingreso estable, pero un hedge fund que invierte en acciones es poco común que utilice la cobertura como escudo protector.
Esto nos lleva de vuelta al punto de partida: la diversificación es la verdadera clave. Funciona hoy y hay muchas razones para esperar que funcione en el futuro cuando los mercados de divisas valoren el próximo conjunto de condiciones internacionales, que serán diferentes a las que estamos experimentando ahora.