Parece que el mercado de las criptomonedas ha cambiado de tono de forma radical en apenas doce meses.
El primer escenario pasó por la creencia generalizada de que estos criptoactivos reemplazarían a la moneda al uso, pero ahora estamos atravesando otro muy diferente en que están envueltos en una incógnita sobre su viabilidad a lo largo del tiempo. Tal y como explica Pablo Gil, estratega de Mercados de XTB, “estos cambios de parecer tan bruscos no son la primera vez que los vemos, sino que son la esencia de los mercados y sus principales actores, los inversores. Cuando las cosas alcanzan cotas de euforia, se proyectan escenarios estratosféricamente positivos para el futuro, y cuando lo que se alcanzan son cotas de pánico, bueno, entonces se habla del fin del mundo”.
A pesar de que la mayoría piensan que este declive es algo novedoso, no es la primera vez que sufren un revés parecido. ‘A mi me suena a dejà vu’, constata Pablo Gil. De forma cronológica, para entender el asunto habría que remontarse a 1997, que fue cuando se desenlazó una guerra de divisas en Tailandia. Las reservas del Banco de Tailandia se acabaron agotando y se vio obligado a dejar en libre circulación su divisa, el baht. Hasta ese momento el tipo de cambio del baht, y de la mayoría de monedas asiáticas, mantenían un tipo fijo con el dólar estadounidense. En apenas cinco meses su moneda se devaluó a la mitad, lo que llevo a la bancarrota de muchos negocios e irradió sus consecuencias a otros países como Corea del Sur, Indonesia, Filipinas y Malasia.
En los 90’s sucedió algo similar con la llegada de internet y las .com. “Si pensamos en algunos acontecimientos de aquella época nos daremos cuenta del nivel de especulación que reinaba en torno a la nueva tecnología”, afirma el estratega de Mercados. Casos concretos de esta epoca es el de Telepizza, que registró una subida de más de un 10% en una sola sesión bursátil, seguida de varios días de optimismo. Esta fuerte subida se debería a la posibilidad que estaba planeando la compañía de usar las motos para reparto de mercancía relacionada con los primeros modelos de comercio electrónico de aquel momento. Como moraleja a caída producida por aquel entonces, Pablo Gil asegura que “hay que aprender a diferenciar la tecnología que provoca el cambio estructural, de las compañías que en ese momento intentan explotar el cambio. Internet se quedó, y tal y como vaticinaban los mejores visionarios, nos ha cambiado la forma en la que vivimos”.
Llegando a la actualidad, podemos atisbar que la situación no es tan diferente a la que se vivió hace dos décadas con la llegada de internet. “Personalmente, creo que el concepto de “blockchain” es innovador, incluso revolucionario. Y que probablemente nos cambiará la forma en que hacemos las cosas durante las próximas décadas. Pero eso no significa que las más de 10.000 criptomonedas que hay en la actualidad vayan a ser ganadoras. Probablemente el 85% o 90% desaparezcan, y en su lugar surgirán otras que tengan más sentido”, comenta el estratega.
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