Elon Musk, el CEO de Tesla y SpaceX, quiere Twitter. No solo el 9,2% que ya adquirió de la compañía, sino la totalidad de la misma.
El anuncio, mediante un tuit en la propia red social, de una OPA hostil a un precio de 54,2 dólares por acción no ha dejado indiferente a nadie. Y menos al Consejo de Administración de la empresa.
La red social, mediante una decisión unánime de su Consejo, y justo un día después de la oferta de Elon Musk, ha iniciado un proceso corporativo llamado “píldora venenosa” para complicar la adquisición de más del 15% de la compañía por parte del CEO de Tesla. El Consejo, por unanimidad, tiene clara la negativa y hasta Jack Dorsey, consejero y amigo personal de Elon Musk, no ha dudado.
El anuncio de la OPA hostil se suma a la amenaza de Musk de que si su oferta de adquirir la totalidad de Twitter por 43.000 millones de dólares es rechazada venderá todas sus acciones de la red social.
La maniobra por parte del Consejo de Twitter es intentar frenar o hacer desistir al oferente de su intención de comprar la compañía durante, al menos, un año. Se trata de movimiento que es una protección frente a OPAs hostiles y que puede desarrollarse de diferentes maneras.
Entre las formas para frenar operaciones no deseadas, la táctica más común o más frecuente es la emisión de nuevas acciones con descuento sobre el precio de mercado para el resto de accionistas, con el objetivo de diluir el valor intrínseco de la acción del accionista (Elon Musk) que ha emitido la oferta de compra. Esta opción provoca que se fuerce un marco de negociación de la compra que pueda acabar con ella. En este caso, Twitter ha confirmado que está abierta a la negociación y, por lo tanto, parece que lo menos probable, a priori, sea una marcha atrás por parte de Musk. Esta situación abre las puertas a que otros grandes inversores, principalmente fondos de capital riesgo (Hedge Funds), estén acercando posturas para competir con ofertas más atractivas que eliminen así a Elon Musk de la ecuación.
En este momento es de suma importancia atender a los precedentes sobre el comportamiento bursátil de Elon Musk. En 2018, el propio Elon comunicó precisamente por Twitter que quería sacar a Tesla de la bolsa y que tenía financiación para ello. Eso finalmente no ocurrió, pero como consecuencia de sus declaraciones los inversores se apresuraron a comprar acciones de Tesla, lo que disparó su cotización haciendo a Musk mucho más rico. En este caso, la SEC le investigó y acabó por pagar un acuerdo millonario con el regulador estadounidense.
En la actualidad, la valoración del mercado sobre la oferta de compra a 54,2 dólares es considerada injusta y que se encuentra “por debajo” de su valoración. Además, el mercado duda de que Elon Musk disponga de la liquidez necesaria para afrontar la compra por 43.000 millones de dólares y es posible que, si sigue adelante, deba obtener financiación privada o vender proporcionalmente acciones de Tesla para hacer frente a la compra.
También, desde el punto de vista de “due diligence”, Elon Musk no ha presentado ante la SEC una oferta formal ni la documentación normativa ni regulatoria necesaria para dar seriedad a su comunicado a través de la propia red social.
Así, ante una propuesta formal de OPA, cuando esto sucede, el comportamiento de la acción no se limita sólo a la noticia, por lo que sigue subiendo en las jornadas posteriores. En el caso de Twitter, sin embargo, bien su cotización se disparó un 25% tras publicarse el tuit, lo cierto es que no continuó con las subidas. Actualmente, la acción se mantiene en línea de flotación sobre los 48 dólares, casi un 13% del precio de la OPA de Elon Musk.
La opinión más extendida es que al igual que 2018 con Tesla, Elon Musk busca inflar con titulares el precio de Twitter para posteriormente vender sus acciones a un precio superior, dado que las multas o “acuerdos” con la SEC son de cuantías inferiores al potencial beneficio que puede obtener.
Por ello, los inversores han de estar preparados tanto para una formalización de la oferta, siempre y cuando la SEC confirme que Elon Musk ha presentado la documentación, como para una salida abrupta de Twitter por parte del magnate, lo que ocasionaría una fuerte caída en el precio de la red social.
En agosto de 2018, la acción de Tesla cotizaba aproximadamente a 340 dólares. Tras el tuit de Musk, la acción se disparó un 13,37%. Por aquel entonces, Musk era propietario de, aproximadamente, el 20% de las acciones de Tesla, unos 170 millones de acciones. Si bien el cálculo es en términos generales, ese incremento de casi 45,5 dólares por acción repercutió en un incremento de la posición nominal de Elon en Tesla de 7.726 millones de dólares. Y pagó 40 millones en concepto de multa por esta operación fraudulenta según la SEC.
En conclusión, si bien no sería una mala operación que Elon Musk sacase de bolsa a Twitter por 43.000 millones de dólares, también debemos considerar que sea de nuevo una maniobra para inflar el precio y beneficiarse de la subida. El número de acciones de Twitter en posesión de Elon Musk antes de que se conociera la noticia estaba valorado en 2.890 millones de dólares. A precio de cierre del pasado lunes, este valor se ha incrementado hasta los 3.564 millones de dólares aproximadamente, lo que supone un aumento de 647 millones de dólares. Si la SEC se pronuncia en el mismo sentido que la operación anterior, ¿qué importe exigirá en concepto de multa a Elon Musk?