El euríbor continúa con su particular escalada y durante el mes de agosto ha superado el 1,75%, un dato que no se daba desde principios de 2012.
Como en meses anteriores, la inflación sigue siendo la principal preocupación de la economía a nivel global. Y en Europa todavía no ha tocado techo. Un hecho que hace que los bancos centrales ya no oculten su preocupación y se muestren muy comprometidos con el objetivo de estabilizar los precios.
Durante su última reunión, el BCE subió los tipos de interés por primera vez en la última década en 50 puntos básicos. Aun así, el IPC de la euro zona marcó un nuevo máximo desde que hay registros alcanzando el 8,9%, por lo que los inversores han descontado otra subida igual o superior para este mes de septiembre.
La sólida demanda impulsada tras la pandemia por los estímulos fiscales y monetarios de gobiernos y bancos centrales se vio afectada negativamente por la subida en los precios de las materias primas y los problemas en las cadenas de suministro, lo que dio lugar a una subida generalizada de los precios. La guerra entre Rusia y Ucrania y las continuas paralizaciones de China para controlar la tasa de contagios ha agravado la situación durante los últimos meses, lo que ha generado que, aunque la economía se encuentre en una progresiva desaceleración, la inflación todavía no esté remitiendo. Ante este entorno, el BCE ha decidido finalizar todos los programas de estímulo e iniciar un ciclo de subidas de tipos más rápido y fuerte del que hubieran deseado, lo que podría tener implicaciones negativas en el crecimiento.
En este contexto, los inversores ya han empezado a descontar la posibilidad de que el organismo europeo lleve los tipos de interés al intervalo entre el 1,75 y el 2% de cara a finales de año. Actualmente, quedan tres reuniones para finalizar el año y la cuantía de cada subida estará condicionada en gran parte por la evolución de la inflación, que se ha convertido en el principal indicador económico a seguir.
Por su parte, el euríbor, por su alta correlación con las expectativas de los tipos de interés, ha sufrido una subida vertical en la que ha pasado en apenas nueve meses de cotizar en el -0,5% a superar el 1,75%. No en vano, el euríbor cerrará el mes de agosto con una media mensual por encima del 1,22%, lo que supone un aumento superior al 0,20% con respecto al mes anterior. Así, ha pasado de -0,498% en agosto de 2021 al 1,758% de este año, lo que supone una subida anual del 2,25% para todos aquellos tenedores de una hipoteca a tipo variable y que tengan revisión de los intereses este mes.
Tomando como referencia un préstamo de 100.000 euros, el incremento anual será de 2.250 euros anuales, lo que se traduce en una subida de la cuota mensual de 187,5 euros. En un préstamo pendiente de 350.000 euros, la cantidad será de 7.875 euros, lo que se traduce en 656,25 euros más al mes.
A pesar de este incremento y del empeoramiento de las perspectivas económicas, según los últimos datos publicados por el INE, el número de hipotecas creció un 12% durante el último mes de junio. Eso sí, el 70,5% de ellas fue a un tipo fijo de 2,70%, mientras que el 29,5% restante fue a tipo variable a un interés medio del 2,10%. La inversión en vivienda se ha mantenido fuerte como refugio ante la incertidumbre y por la protección que ofrece frente a la inflación.