Ahora que apenas queda un mes para que 2022 llegue a su fin, los inversores comienzan a concentrase en el próximo año y en lo que vendrá.
Lo cierto, sin embargo, es que el panorama no parece muy alentador. Tras un año que será recordado como uno de los peores, con el peor resultado para una cartera mixta de bonos y bolsa en el último siglo, factores como la inflación, el bajo crecimiento o la guerra entre Rusia y Ucrania no dan la sensación de que vaya a mejorar mucho la situación en 2023. Entonces, ¿existe realmente alguna alternativa de inversión?
“La pregunta, aunque sencilla de formular, es complicada de responder. Para ello, conviene primero analizar la situación en la que nos encontramos. Las ayudas que los Bancos Centrales inyectaron a las economías para paliar el parón del COVID están reflejándose ahora en altas cifras de inflación, agravadas en Europa por la crisis energética. Por ello es de esperar que continúen elevando los tipos de interés para poner el freno a tanta escalada de precios. En este entorno, lo lógico sería que los bonos sigan perdiendo valor y que las compañías cotizadas en bolsa vean cada vez más complicado mejorar sus resultados empresariales”, explica Javier Urones, Head of Sales de XTB España.
Sin embargo, y, si como todo apunta, la bolsa puede depararnos más de un susto el próximo año, ¿por qué no tratar de ganar dinero con esas caídas?
“Antiguamente, si alguien quería ganar dinero con las caídas debía pedir a una entidad financiera que le prestara acciones, venderlas y recomprarlas antes del plazo de entrega fijado. Más tarde todo ello se popularizó con el auge de los derivados, productos cuyo valor de cotización deriva de otro y que permitieron a cualquier inversor sentirse como si fuera un gestor de hedge funds”, apunta Urones.
Algo que, sin embargo, generaba un problema, porque vender algo que no se tenía a varios para luego recomprarlo a otros tantos es algo difícil de entender para el gran público. No obstante, para facilitar este tipo de inversiones el inversor dispone de los fondos cotizados o ETFs. Más concretamente, de los ETFs inversos.
“Los ETFs son un producto muy popular en nuestro país, ya que permiten invertir de forma muy similar la operativa con los fondos de inversión tradicionales, con la ventaja añadida de que poderlos comprar y vender en cualquier instante, como una acción. En sus inicios este producto comenzó replicando índices bursátiles como el IBEX 35 o el S&P 500, ofreciendo unos costes comparativamente mucho más bajos que cualquier otra alternativa. Con el paso de los años, los ETFs han ido evolucionando, ofreciendo también la posibilidad de invertir en sectores o incluso temáticas concretas. Ahora también los ETFs permiten a los inversores obtener rendimientos cuando la bolsa cae”, asegura Javier Urones.
Y continúa: “Por ejemplo, el Xtrackers S&P 500 Inverse Daily Swap permite a sus compradores replicar de forma inversa el comportamiento del mayor índice bursátil del mundo, el Standard and Poors estadounidense. En lo que llevamos de año, este ETF ofrece una rentabilidad superior al 35%, algo difícil de encontrar estos días. Para aquellos dispuestos no solo a invertir en las caídas sino también a pisar el acelerador, existen alternativas que multiplican el movimiento de los índices. Este es el caso por ejemplo del Lyxor UCITS Stoxx 50 Daily Double Short que no solo permite a quien lo compra aprovecharse de las caídas del mayor selectivo europeo, si no que duplica su movimiento”.
Pero, ¿qué riesgo conlleva este tipo de inversión? Principalmente destacan dos cuestiones: la primera es la tendencia que genera a ver la realidad mucho más negativa de lo que es. La segunda reside en saber ver que cualquier movimiento, ya sea al alza o a la baja, debe tener un final.
Puedes leer el artículo completo de Javier Urones, publicado en Forbes, aquí.
Javier Urones, CFA, Head of Sales de XTB
Javier Urones estudió Ciencias Actuariales y Financieras en la Universidad del País Vasco y amplió su formación en finanzas con el Master en Bolsa y Mercados Financieros del Instituto de Estudios Bursátiles (IEB). Desde 2017 está acreditado como CFA charterholder, una de las certificaciones más reconocidas en el sector. Es colaborador habitual en varios medios de comunicación y trabaja en XTB desde 2012.