Un amplio informe que analiza los tres posibles escenarios de inversión para este ejercicio.
‘El bueno’, ‘El feo’ y ‘El malo’. Estos son los tres escenarios macroeconómicos, monetarios y, por tanto, de inversión que pueden darse durante 2023 y que pivotan, principalmente, en torno al control de la inflación y la geopolítica. Así se desprende del informe ‘2023, 3 escenarios de inversión para un año de riesgo y oportunidad’, un completo análisis desarrollado por el estratega jefe de XTB, Pablo Gil, en el que se desvelan las claves que marcarán los mercados y la economía durante este año y que conforma un certero análisis que ofrece a los inversores una hoja de ruta con orientación específica para el año en términos de riesgos y oportunidades.
Para el desarrollo de estos tres posibles escenarios que pueden darse durante este ejercicio, se han tomado como base seis catalizadores: la inflación, el crecimiento económico, los beneficios empresariales, los riesgos geopolíticos, la COVID en China, el mercado de crédito y el mercado inmobiliario y la industria de las criptomonedas.
“2023 probablemente sea un año de grandes oportunidades de inversión, ya que las fuertes correcciones experimentadas, tanto en las bolsas como en el mercado de renta fija, han ajustado las valoraciones hacia puntos de equilibrio más justificables desde una perspectiva de medio y largo plazo. Pero no debemos olvidar que las acciones de los bancos centrales aún no han impactado en el nivel de crecimiento de la mayoría de las economías y que los mercados financieros no están cotizando un escenario generalizado de futura recesión, lo que hace que los riesgos potenciales sigan siendo importantes y justifican extremar la cautela a la espera de mayores ajustes a la baja en renta variable en un entorno de alta volatilidad para el año 2023”, explica el analista jefe de XTB.
A modo de resumen, el primero de los escenarios defiende que tras los dos cisnes negros (esos sucesos que ocurren por sorpresa sin que ningún analista lo haya previsto por ser improbable) vividos en un corto periodo de tiempo se volverá a la anterior normalidad monetaria y geopolítica. El segundo, por el que se decanta XTB, presenta una nueva realidad en la que se mantiene la alta correlación entre renta variable y renta fija vivida en 2022 dificultando la diversificación de carteras para el inversor. El tercero y último, el peor al que puede hacer frente el inversor durante este 2023, plantea que la crisis financiera tan severa que se acabará viviendo dejará de lado la lucha contra la inflación en pro de estabilizar un sistema financiero débil.
Analicémoslos un poco más a fondo.
Escenario ‘El bueno’
Plantea como eje central que, puesto que lo vivido durante los últimos tres años ha sido una anomalía que ha concentrado dos cisnes negros como la pandemia y la guerra de Ucrania en un breve espacio de tiempo, una vez pasen los desajustes que han provocado se volverá a la anterior normalidad monetaria y geopolítica. Para que este sea el escenario predominante deben cumplirse ciertas condiciones, como un descenso brusco y continuado de la inflación, volviendo al 2% en la primera mitad de 2024, que el tope a la subida de tasas de interés se alcance en el primer trimestre, que China cambie definitivamente su política de “COVID cero” e implemente medidas expansivas para combatir la desaceleración económica, que no se dé un incremento del estrés global en el nivel geopolítico, motivado principalmente por una fase menos activa en la guerra en Ucrania y por la ausencia de nuevos enfrentamientos entre EEUU y China, y que se produzca una desaceleración económica global como consecuencia del endurecimiento monetario de 2022, pero evitándose la entrada en recesión profunda y generalizada.
Las recomendaciones de inversión para este escenario son las siguientes:
- Preferencia por sectores defensivos frente a sectores “growth” o en crecimiento.
- En renta fija en general, favoreciendo estrategias de ‘steepening’
- El dólar perderá atractivo frente a otras monedas ´principales´y emergentes
- El cambio de política Covid Cero actuará como un catalizador positivo para que la bolsa china vuelva a ser atractiva.
“La renta fija vuelve a ser atractiva en la medida en que el problema de la inflación queda controlado y no se atisban más subidas de tasas de interés de las que ya ha descontado el mercado. La parte larga de la curva comienza a cotizar la vuelta a la normalidad monetaria de la última década, lo que implica unos tipos terminales muy por debajo de los niveles alcanzados durante el primer trimestre de 2023”, asegura Pablo Gil.
Escenario ‘El feo’
Hay que remontarse a 2018 para ubicarse en el eje central de este escenario, año en el que con la guerra comercial entre EEUU y China comenzó un cambio estructural en las relaciones internacionales, posteriormente intensificado con la pandemia y con la invasión rusa a Ucrania. “Esta nueva realidad supone la metamorfosis de una globalización que ha sustentado un entorno deflacionista durante décadas hacia otra realidad diferente: el proteccionismo multilateral que sentará las bases para mantener unos niveles estructurales de inflación más elevados que los que hemos disfrutado durante las últimas décadas y que redibujarán un nuevo entorno para la política monetaria de los bancos centrales”, asegura el analista jefe de XTB. El escenario ‘El feo’ presenta una nueva realidad en la que se mantiene la alta correlación entre renta variable y renta fija que se ha vivido durante 2022 dificultando la diversificación de carteras para el inversor.
Estas son algunas de las condiciones que deben cumplirse para que este escenario sea el predominante durante 2023: el pico a las presiones inflacionistas comienza a bajar desde principios de año, aunque de una forma más lenta y tortuosa de lo previsto, lo que genera por primera vez dudas sobre la posibilidad de volver a niveles del 2% durante los próximos años; en este contexto, a pesar de que la subida de tasas de interés se alcanza en el primer trimestre, la reticencia de la inflación a corregir lleva a los bancos centrales a ser más agresivos con sus programas de ajuste cuantitativo o “QT” (Quantitative Tightening) y la política monetaria tan restrictiva provoca recesiones en Reino Unido, Europa, Japón y EEUU, mientras que China no es capaz de salir de su proceso de desaceleración económica; los resultados empresariales registran caídas año contra año; y la brecha geopolítica se hace más evidente y se solidifican dos grandes bloques internacionales: Occidente global (Europa, EEUU y aliados) y Oriente Global (China Rusia y aliados).
“La renta fija frena su desplome, pero no mejora ante la evidencia de una inflación que no remite claramente. Esa circunstancia hace que se mantenga un alto nivel de correlación entre la renta variable y la renta fija, en especial cuando nos centramos en el segmento de los bonos de peor calidad o de la deuda soberana emitida por países con divisas débiles”, adelanta Pablo Gil.
Las recomendaciones de inversión son:
- Se espera una prolongación del mercado bajista de 2022, en un entorno en el que la bolsa estadounidense es la que mayor riesgo tiene.
- Sobre ponderación de sectores defensivos y de consumo básico frente a sectores cíclicos y de crecimiento.
- El dólar se mantiene como la moneda refugio por excelencia.
- Hay que evitar la renta fija corporativa especulativa y los bonos soberanos emergentes con mala calificación crediticia
- Preferencia al activo real, como el oro, materias primas energéticas, sector alimentación o inmobiliario (de países donde no se hayan registrado burbujas demasiado grandes a lo largo de los últimos años), frente al financiero.
Escenario ‘El malo’
El tercer escenario plantea que a los problemas del escenario ‘El feo’ hay que añadir nuevos focos de tensión, “que acaban provocando una crisis financiera tan severa que lleva a los bancos centrales a posponer la lucha contra la inflación para poder estabilizar un sistema financiero que da visos de desmoronarse”, asegura Pablo Gil. Los catalizadores que podrían desencadenar esa situación se pueden dividir en dos áreas: a nivel geopolítico y a nivel económico.
A nivel geopolítico, destacan dos factores: el hecho de que Putin no acepta la derrota y ante la imposibilidad de ganar decide usar armas nucleares, lo que eleva el conflicto a un entorno global. Y la posibilidad de que China viva una nueva crisis más profunda que puede tener dos vertientes: interna, con levantamientos sociales, y externa, provocada por un intento de anexionarse Taiwán frente al apoyo contrario de EEUU. “A nivel económico, los desequilibrios que se han ido generando durante años y que no se habían puesto de manifiesto gracias a unas condiciones financieras tremendamente laxas salen a la luz cuando el mundo se enfrenta a una nueva realidad: ‘el coste de financiación estructural ya no va a volver a ser del cero por ciento’ y comienza a verse el impacto que eso tendrá sobre una economía donde la deuda sobre el PIB excede el 350%”, explica Pablo Gil.
Entre las condiciones que deben darse para que este escenario sea el predominante destacan: una inflación persistente y muy por encima del objetivo del 2%, lo que obliga a los bancos centrales a mantener condiciones monetarias muy restrictivas durante más tiempo del previsto; una reacción tardía de los bancos centrales y un cambio en las reglas de juego: primero subestiman el impacto de las medidas restrictivas y siguen confiando en que no habrá recesión económica o que será muy leve y segundo, ante la imposibilidad de conseguir que la inflación retorne al 2% deciden ajustar el objetivo a cotas más altas (3%) para evitar tener que seguir asfixiando a la economía; la crisis energética se ve apuntalada, puesto que la OPEP decide ajustar la oferta de crudo de forma dinámica a la demanda existente para evitar una caída significativa del precio del petróleo.
Estas son las recomendaciones de inversión:
- En un contexto en el que la bolsa podría registrar caídas superiores al 50% desde máximos, habría que buscar coberturas vía volatilidad y estrategias defensivas vía opciones.
- Los hedge funds neutrales (“market neutral”) y de valor relativo también pueden ser una buena alternativa de diversificación.
- El dólar se mantiene como la divisa más robusta.
- Evitar la deuda periférica en Europa.
- Evitar la renta fija corporativa especulativa y los bonos soberanos emergentes con mala calificación crediticia
- Preferencia del activo real, como el sector de metales preciosos y materias primas, frente al financiero.
Puedes descargarte el informe completo aquí.