La advertencia de Elon Musk sobre la economía podría ser el momento del "canario en la mina de carbón" de la industria automotriz. Aunque si bien es cierto que no es el primero en dar un preocupante comentario sobre la economía estadounidense, probablemente sus palabras calen más hondo sobre el sentimiento de los consumidores e inversores. El "súper mal presentimiento" de Musk (TSLA.US) sobre la economía podría ser el evento que marque el inicio de ese "canario en la mina de carbón" que citábamos anteriormente, lo que indicaría una recesión para una industria cuyos jefes no han mostrado signos de preocupación. Aunque, ciertamente, más bien sería el momento de la “ballena en la mina de litio” por la relevancia de Musk y haciendo un guiño al metal utilizado en las baterías de vehículos eléctricos.
La advertencia de Musk es la primera disidencia pública y en voz alta de una postura cada vez más unificada de la industria automotriz, que apunta a que la demanda subyacente de automóviles y camiones sigue siendo fuerte a pesar de dos años de pandemia mundial. Por lo tanto, si la compañía de vehículos eléctricos más grande del mundo advierte sobre el empleo y la economía, los inversores deberían reconsiderar sus pronósticos sobre los márgenes y el crecimiento de primera línea del resto de sectores.
Concretamente, el sector automotriz se vio afectado hace dos años por el inicio de la pandemia de COVID-19, que obligó al cierre de fábricas. Posteriormente, ese cierre desempeñó un papel determinante en la escasez de chips semiconductores, lo que obstaculizó aún más la producción de vehículos. Ahora son los problemas de la cadena de suministro, exacerbados por la invasión rusa de Ucrania, los que han arrastrado las ventas. No en vano, las ventas de vehículos nuevos en Estados Unidos terminaron en mayo con una tasa de crecimiento anualizada un 25,4% inferior a las ventas de 17 millones de vehículos anuales al cierre de 2019, antes de la era COVID.
Sin embargo, esos problemas afectan principalmente a la oferta, mientras que la inflación es una amenaza para la demanda. Y eso es a lo que probablemente apuntaba Elon Musk en su comentario. Su interpretación sobre que el riesgo de recesión es alto está dejando de ser un “titular extremo”.
Si trasladamos estas preocupaciones a otros sectores como el del transporte, Uber Technologies Inc (UBER.US) y Lyft Inc (LYFT.US) ya comunicó el mes pasado que reduciría la contratación y disminuiría el gasto, mientras que el minorista de vehículos usados estadounidense Carvana (CVNA.US) dijo que recortará un 12% su mano de obra. Pero eso no es todo. Otras compañías industriales como Plastic Omnium (POM.FR), que fabrica sistemas de reducción de emisiones y combustible, y por lo tanto vinculada directamente con el sector de la automoción y el transporte, también está alineada con los comentarios pesimistas de Elon Musk. En definitiva, aunque en menor medida, también reflejan la cautela en sus contrataciones y política de gastos.
Mientras tanto, los ejecutivos de la industria se preocupan por una posible recesión. Y así lo puso de manifiesto Tyson Jominy, vicepresidente de J.D. Power, empresa estadounidense de investigación, datos y análisis de consumidores y de automoción: “La industria automotriz está corriendo hacia el puerto seguro de la demanda reprimida que podría impulsar las ventas en los próximos años, mientras que se avecinan nubes de tormenta económica que podrían destruir gran parte de esa demanda”.
Volviendo a Elon Musk, dijo que Tesla necesitaba recortar alrededor del 10% de sus empleados a través de un correo electrónico enviado a los ejecutivos. Más tarde, ese mensaje fue matizado y dirigido más expresamente hacia el personal administrativo, indicando, además, que seguiría contratando trabajadores para fabricar automóviles y baterías. Si comparamos este correo electrónico con las opiniones de otros líderes de la industria, lo cierto es que Musk suena mucho más pesimista, puesto que muchos otros fabricantes de automóviles todavía dicen que la demanda subyacente sigue siendo fuerte. Por un lado, Ford Motor Co (F.US), que recientemente comunicó que mientras reportaba las ventas mensuales en Estados Unidos sus inventarios continúan girando a tasas récord. Y, por otro, desde Nissan Motor Co apuntan a que la demanda de los consumidores está por las nubes en este momento y los fabricantes no tienen el inventario.
En este sentido, algunos representantes de la industria piensan que las palabras del CEO de Tesla sólo afectan a esta compañía y apuntan a problemas derivados del hecho de que en pocos años ha contratado demasiado rápido en comparación con su crecimiento. Precisamente, el empleo de Tesla se ha duplicado desde finales de 2019 según los informes anuales de la compañía. Y analistas como los de Morgan Stanley apuntan a que el ingreso medio por empleado de Tesla de 853.000$ no es mucho más alto que el ingreso medio para otra gran compañía del sector como Ford, con unos ingresos de 757.000$ por empleado, compañía con una cifra de ventas muy superior. Además, las ventas de Tesla en EE.UU. se concentran en gran medida en California, especialmente en el área de la Bahía de San Francisco, que alberga empresas de Silicon Valley y donde la infraestructura de carga para vehículos eléctricos está mucho más desarrollada que en el resto del país.
La conclusión que debemos sacar de las acciones de Elon Musk es que el magnate considera a su empresa como una pequeña representación de una economía, algo que por otro lado es acertado. Al final, ¿una economía no es sino el conjunto de todos los factores productivos que lo componen? Un fractal lo suficientemente representativo de lo que podría suceder en otros mercados.
Si bien Elon Musk nos tiene acostumbrados a discursos polarizados y extremos, puede que en esta ocasión no esté diciendo mucho más sobre la economía globalizada de lo que pensamos.