Las small caps, conocidas como compañías de pequeña capitalización, se han encontrado entre la más castigadas por los mercados en los últimos meses.
Son empresas cuya exposición al ciclo económico son importantes y es por eso por lo que sus valoraciones están en los niveles más bajos de los últimos 10 años. Nada más y nada menos.
El GDPNow de la Fed de Atlanta prevé un crecimiento del PIB del 2,8% este trimestre y, pese a la más que probable recesión en 2023, muchas de estas empresas ya han sufrido gran parte del castigo de manera anticipada en la bolsa. La pequeña capitalización growth ofrece la mayor diversificación, mientras que la pequeña capitalización value tiene el mayor potencial, según apuntan muchos expertos de la banca de inversión norteamericana. Según estas casas, ambas tienen una gran exposición al crecimiento y valoraciones más baratas que las compañías de una capitalización más elevada.
Las small caps tiene una mayor sensibilidad al crecimiento económica. Se trata de compañía de tamaño más pequeño, menos diversificadas y más focalizadas en sectores cíclicos, como financiero o materiales, y no tanto en tecnológico. Tienen una mayor exposición al ámbito local, mucho más endeudamiento y sus dividendos son más bajos. Es decir, es una clase de activos enorme con muchas más acciones que la gran capitalización y también menos cobertura de los analistas.
Siguiendo este esquema, las valoraciones relativas se han desplomado, mientras que el crecimiento de los beneficios es el doble que el de la gran capitalización. Las salidas de fondos se han moderado a medida que el sentimiento toca fondo. El crecimiento histórico, la inflación y los tipos de interés aún bajos han contribuido a la rentabilidad.
El potencial en Europa
Este ejercicio ha representado un enorme reto para los mercados y, en especial, para la renta variable global, siendo Europa la geografía que se ha visto más afectada en este sentido. Un escenario guiado por fuertes factores de corte macroeconómico y geopolítico que ha conducido a una normalización de las valoraciones hasta alcanzar, en algunos casos, niveles que se situarían en la franja baja de los últimos 15 años.
Para el año que viene, si valoramos y analizamos con detenimiento el contexto que podría surgir en los próximos meses, donde la normalización de tipos de interés se prevé que sea menos brusca que la ya experimentada y con unos niveles de inflación descendentes apoyados también por la paulatina regulación de las cadenas de suministro, podemos estar a las puertas de una ventana de oportunidad única para invertir en small y mid caps europeas para los inversores que cuenten con un horizonte temporal de entre tres y cinco años.
De hecho, la inversión en pequeñas y medianas compañías constituye una alternativa de inversión interesante que genera a largo plazo rendimientos superiores a los de la inversión en compañías de gran capitalización. El motivo fundamental radica en que se produce una combinación excelente: son menos analizadas por el mercado y al mismo tiempo su tamaño les confiere mayor potencial para crecer y expandirse en más bolsas.
A pesar de ser más volátiles, desde una perspectiva del rendimiento ajustado al riesgo, las small caps son más atractivas, ya que son mucho menos sensibles al ciclo y pueden ejecutar su estrategia industrial sin depender de factores exógenos sobre los cuales no se tiene ningún tipo de control.
Por ponerlo en contexto, un 44,4% de estas empresas ha presentado resultados por encima de lo esperado, mientras que el 37,2% lo ha mantenido. Tan solo un 18,5% ha comunicado resultados por debajo de lo previsto.
Por último, otra característica que podríamos destacar en este universo de inversión es su propio carácter diversificador, donde la innovación está muy presente en la mentalidad de los equipos directivos y se desarrollan nuevos modelos económicos en campos como la automatización de la industria y logística, tecnología médica, innovación digital, etc. Son compañías que se encuentran por lo general en sectores nicho, con barreras de entrada muy altas, donde, en muchos casos, la competencia es casi inexistente.
La prima de calidad no es cíclica, es permanente. Hoy en día hay una fuerte ineficiencia entre la cotización de muchas de nuestras compañías y su excelente desempeño operativo. Con lo cual, podríamos estar ante una ventana de oportunidad para ese inversor que pueda ampliar sus miras de inversión de medio y largo plazo.