Las materias primas han gozado durante mucho tiempo del favor de los inversores
Además, recientemente han disfrutado de una buena racha, igualando con creces las rentabilidades desde los índices bursátiles generales por primera vez en muchos años. ¿Continuará esta tendencia durante este 2023?
El aumento de la demanda de materias primas por parte de China, la disciplina de la oferta en el sector petrolero y el compromiso de los gobiernos de mantener el apoyo fiscal a la economía parecen ser factores importantes. Y la cuestión de si nos encontramos en las primeras fases de otro superciclo de la commodities y rendimientos de estos productos básicos se ha convertido en un debate clave. Cada vez un mayor número de inversores ve varias similitudes estructurales entre estos últimos años y los primeros ejercicios de la década de 2000, la última vez que las materias primas iniciaron un largo y poderoso ascenso hasta alcanzar precios récord.
Ahora, como entonces, hemos asistido a una importante infrainversión en el suministro de materias primas, con una caída del capex en los sectores del petróleo y el gas y la minería mundial de alrededor del 40% desde 2011. A principios de la década de 2000, China representaba una importante fuente de aceleración de la demanda de materias primas.
Hoy podríamos estar a punto de embarcarnos en un periodo sin precedentes de inversión coordinada de capital mundial para facilitar la transición energética. El cambio hacia fuentes de energía limpias y vehículos eléctricos puede provocar una aceleración de la demanda de materias primas clave.
Igual que existen similitudes, hay también algunas diferencias clave. En la actualidad, es probable que la atención prestada al cambio climático limite la inversión en combustibles fósiles incluso cuando suban los precios, lo que podría crear un shock histórico en la oferta. Además, el aumento de la tensión geopolítica está dando paso a un periodo en el que la resistencia de la cadena de suministro y el almacenamiento estratégico podrían reforzar la demanda, desde la agricultura hasta los metales.
Las materias primas están baratas
Las valoraciones de las materias primas podrían estar baratas. No sólo en relación con otros activos como la renta variable, sino también si se compara históricamente. Son unos productos que, además, cuando obtienen mejores resultados, a menudo lo hacen por un amplio margen.
Los periodos anteriores de buenos resultados se han visto favorecidos por determinadas condiciones. Por ejemplo, a principios de la década de 2000 se produjo el auge de China tras un periodo de escasa inversión debido al mercado bajista de los años noventa. Y estas condiciones fértiles podrían estar dándose de nuevo.
A medida que avanzamos hacia un mundo post-Covid, los gobiernos de todo el mundo están promulgando una combinación de políticas fiscales y monetarias que serán mucho más positivas para las materias primas.
La inflación está en marcha
En respuesta a la crisis financiera mundial de 2008, los principales bancos centrales del mundo trataron de rescatar las economías con la política poco ortodoxa de expansión cuantitativa (QE). A pesar de que esta política hizo que los activos financieros superaran a los reales durante la última década, fue muy negativa y deflacionista para las materias primas. Sin embargo, la era de la QE pura y dura ha llegado a su fin.
En los últimos 12 meses, los principales bancos centrales de todo el mundo han respondido a la pandemia del Covid-19 con una combinación de políticas monetarias y fiscales no convencionales. La velocidad y el tamaño de estos paquetes no ha tenido precedentes. A diferencia de 2008, se ha llevado a cabo una expansión fiscal de varios billones de dólares, incluido dinero helicóptero directo a hogares y empresas.
Algunos países están registrando déficits fiscales superiores al 15% del PIB, algo que no se veía desde tiempos de guerra. En el contexto de sus actuales cargas de deuda, esto hace más atractiva la política inflacionista. La combinación coordinada de una política fiscal y monetaria agresiva significa que la inflación está en camino. Y esto es beneficioso para los precios de las materias primas.
La demanda de materias primas se acelerará
La transición energética va a provocar una fuerte aceleración de la demanda de metales en los próximos años, a medida que el mundo comience a pasarse a los vehículos eléctricos y a fuentes de energía más renovables.
Otras materias primas también experimentarán un rápido repunte en los próximos años, siendo probable que aumente la demanda de materias primas agrícolas, como el maíz, la soja y la carne de cerdo, impulsada en gran medida por China.
Las interrupciones de la cadena de suministro debidas a las restricciones a la exportación durante la crisis del Covid-19 también han llevado a varios países a poner en marcha planes a largo plazo para acumular reservas estratégicas de alimentos, trigo en particular, con el fin de reducir su dependencia de las importaciones.