El techo de deuda, es el límite legal establecido por el Congreso de Estados Unidos sobre la cantidad de deuda que el gobierno federal puede emitir para financiar sus gastos.
Es una medida que busca controlar el endeudamiento del país y garantizar la solvencia del gobierno. Como se puede ver en la gráfica inferior y ha confirmado la secretaria del tesoro, Janet Yellen está previsto que el próximo 1 de junio se alcance el límite anterior, que fue acordado a mitad de 2021 (línea negra). Las negociaciones actuales buscan aumentarlo de nuevo.
Ahora mismo es el tema principal en los mercados a nivel mundial, dado que una posible bancarrota de Estados Unidos supondría graves problemas para el mercado financiero global.
Aunque en principio sólo quedan unos días para llegar a la fecha establecida para que el país pudiera tener el primer incumplimiento de deuda de su historia, algunos analistas estiman que realmente los fondos no se agotarán hasta el 8 de junio o 9 de junio.
De hecho, entre otras cosas el próximo 15 de junio se recaudarán los impuestos trimestrales, por lo que en esa fecha el Departamento del Tesoro tendrá los fondos necesarios para realizar más pagos. Es probable que, en ese caso, la fecha se posponga hasta julio o incluso más adelante. Además según se apunta en Washington, el Departamento del Tesoro aún tiene muchos "trucos" y algún "as bajo la manga" para permitir que Estados Unidos siga operando con normalidad.
Además, el gobierno tiene una amplia gama de opciones a su disposición, aunque no parecen muy probables. Estas opciones incluyen:
- Vender bonos en poder de algunos fondos gubernamentales.
- Venta de activos fijos como terrenos y edificios federales.
- La venta de 500 mil millones de dólares en oro.
- Retraso o suspensión del pago de facturas y salarios.
A pesar de que todo el mundo da por hecho que antes o después se debería de llegar a un acuerdo, para evitar que la primera economía del mundo entrase en default, y que incluso podría darse en días, estamos encontrando algunas señales de alerta.
Aquí podemos observar como la rentabilidad de los bonos ha ido en aumento en los últimos días (se entiende que a mayor riesgo, mayor es la rentabilidad a ofrecer para compensarlo), y más concretamente en aquellos cuyos títulos tienen vencimientos posteriores al 1 de junio.
Además parte del mercado tiene poca confianza en que se vaya a resolver de buena manera como indica el mercado de los CDS, que es un tipo de derivado financiero que funciona como un contrato de seguros contra el riesgo de incumplimiento de crédito de un bono, préstamo u otro tipo de instrumento de deuda. Es decir, cuanto más alto cotice este producto más probabilidad de default le otorga el mercado.
Gráfico CDS 5 años de bonos del estado de EE.UU Fuente: Bloomberg
¿Si todo el mundo lo tiene tan claro, es buen momento de comprar?
La última vez que se alcanzó un acuerdo de última hora fue en agosto del año 2.011. Al contrario de lo que podríamos pensar, una vez que se comunicó, los mercados bursátiles empezaron a corregir, y tardaron casi cuatro meses en llegar a sus niveles previos.
¿Porque bajarían los mercados?
El primer motivo que encontramos, es que las agencias de calificación podrían rebajar la calidad de la deuda de EEUU, provocando una venta masiva de activos de riesgo, en un momento en el que cada vez se pone más en duda la hegemonía del país en el mundo. El segundo es más bien político, y es que significaría que podría haber recortes en el gasto de algunas de las partidas clave de la administración Biden, que además perjudicaría la negociación de los presupuestos a finales de año, y que tendría que ser revisado el año que viene a escasos meses de las elecciones presidenciales.
Las proyecciones desde luego en cuanto a la evolución de la deuda del país son alarmantes.
Se prevé que la deuda pública sobre PIB, que cerró 2022 en el 129%, aumente hasta el 150 % en los próximos años y que llegue incluso al 200 % a mitad de siglo.
La próxima crisis económica requerirá entre otros un nuevo estímulo fiscal para mantener el empleo, y será imposible dar ese impulso si la perspectiva de seguir aumentando la deuda provoca el pánico por sus altos niveles.
Así por tanto, no queda claro que aunque veamos un nuevo acuerdo político en las próximas fechas en el medio plazo y largo plazo sea positivo para las bolsas, tendremos que ver el resto de información económica para tomar la mejor decisión posible.