UK, un ejemplo de lo que no hay que hacer
Los cargos políticos se han ido sucediendo en el Reino Unido desde que sus ciudadanos dieron el sí al Brexit en un intento por encontrar soluciones a los problemas económicos del país. La nueva primera ministra, Liz Truss, nada más tomar posesión de su cargo, anunció un gran paquete de estímulo fiscal con el objetivo de reactivar la economía británica. “Esta medida, en un principio razonable, choca de frente con la realidad económica del país, que, si bien necesita apoyos para evitar la recesión, tiene un problema aún más prioritario, como es luchar por controlar un nivel de inflación del entorno del 10%”, explica Pablo Gil, jefe de Estrategia de XTB.
Y es que Reino Unido vive el problema de la estanflación, una situación que también afecta ya a muchos otros países desarrollados del mundo y que pone de manifiesto los riesgos que ha generado el incremento de la liquidez descontrolada de los últimos años. “Estamos ante uno de los entornos económicos más complicados de gestionar que existen, ya que las medidas para reactivar la economía generan más presiones inflacionistas, mientras que las acciones para doblegar la inflación provocan mayor desaceleración económica. Por tanto, los responsables deben escoger el escenario menos malo y asumir que no hay una solución buena”, asegura Gil.
Y continúa: “En Reino Unido se pretende solucionar todo a la vez, y eso es imposible. Y lo que no parecen entender es que además de ser imposible es contraproducente. En este momento el gobierno de Truss pretende reducir impuestos en todo tipo de ámbitos con un programa que se estima que costará unos 160.000 millones de libras durante los próximos cinco años. Esta bajada de impuestos generará más renta disponible y mayor capacidad de consumo, indispensable para la reactivación del crecimiento económico. Pero un mayor consumo implicará mayores presiones inflacionistas. Por tanto, las medidas fiscales expansivas del gobierno chocan frontalmente con lo que está haciendo el Banco Central de Inglaterra, que lleva encareciendo el coste del dinero desde finales de 2021 a través de la subida continua de los tipos de interés en un intento por reducir el consumo y con ello la inflación”.
El mensaje que actualmente está llegando al ciudadano y al inversor es de falta de coordinación, puesto que la política fiscal y la política monetaria van en sentido opuesto. Esto genera un halo de incertidumbre que provoca que nadie quiera estar invertido en activos del país, y seto es lo que está afectando a la libra.
“Pero los inversores no solo venden la moneda, también se deshacen de sus inversiones en bonos del gobierno, lo que provoca que el precio baje mientras que su rentabilidad sube, es decir, el coste al que se financia el país cada vez es más alto”, asegura Pablo Gil, quien afirma que Reino Unido “está sumido en un caos económico y parece que Gobierno y Banco Central tienen prioridades diferentes, por lo que todo apunta a que el resultado será un deterioro paulatino de la divisa y la deuda del país”.
Puedes leer el artículo completo de Pablo Gil sobre la situación de Reino Unido aquí.
Pablo Gil, Estratega Jefe de XTB
Pablo Gil atesora 34 años de experiencia en mercados financieros. Fue Director del departamento de análisis técnico y cuantitativo del Banco Santander durante 8 años. Fue socio fundador y gestor del hedge fund BBVA&Partners con 500 millones de dólares durante 10 años. Actualmente es Director de la escuela de inversión metodotrading.com y Estratega de mercados de XTB para España y Latinoamérica.